1. Elección del lugar y recipiente adecuado
El romero necesita abundante luz solar, por lo que es importante ubicarlo en un lugar donde reciba al menos 6 horas de sol al día. Puedes plantarlo directamente en el jardín o en una maceta con buen drenaje. Si usas una maceta, asegúrate de que tenga orificios en la base y un diámetro de al menos 20 cm.
2. Preparación del sustrato
Esta planta prefiere suelos ligeros, bien drenados y con un pH neutro o ligeramente alcalino. Puedes preparar una mezcla de tierra para macetas con un poco de arena gruesa o perlita para mejorar el drenaje. Evita suelos muy húmedos o pesados, ya que el exceso de agua puede provocar la pudrición de las raíces.
3. Propagación
El romero se puede propagar por semilla, aunque lo más común y rápido es mediante esquejes. Corta una rama de unos 10 cm de largo de una planta sana, retira las hojas inferiores y colócala en agua o directamente en tierra húmeda. En unas pocas semanas, desarrollará raíces.
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