Estas finas pieles contienen compuestos antioxidantes como la quercetina y otros flavonoides que ayudan a combatir los radicales libres. Puedes preparar una infusión con cáscaras secas de ajo para fortalecer el sistema inmunológico, aliviar resfriados o mejorar la digestión. Basta con hervir las cáscaras en agua durante unos minutos, colar y beber como un té herbal. ¡Natural y poderoso!
En el jardín, las cáscaras de ajo también brillan. Puedes añadirlas al compost o usarlas directamente como fertilizante orgánico. Al descomponerse, liberan nutrientes que enriquecen la tierra y mantienen alejadas a ciertas plagas. Si tienes plantas en casa, mezcla cáscaras de ajo trituradas con la tierra: es una manera ecológica de proteger y nutrir tus cultivos.
¿Y qué hay de la limpieza? Gracias a sus propiedades antibacterianas y antifúngicas, puedes usar cáscaras de ajo para preparar un limpiador natural. Simplemente hiérvelas en vinagre blanco y utiliza esa mezcla para desinfectar superficies, especialmente en la cocina.
Comentarios
Publicar un comentario