Cuando te despiertas, tu cuerpo ha pasado entre 6 y 8 horas sin ingerir líquidos. Esto provoca una leve deshidratación. Al tomar agua en ayunas, ayudas a rehidratar tus células, lo que favorece un mejor funcionamiento de todos los sistemas del cuerpo, incluyendo el cerebro, que está compuesto en su mayoría por agua.
Uno de los efectos más notables es la estimulación del metabolismo. Diversos estudios han demostrado que tomar alrededor de 500 ml de agua al despertar puede aumentar temporalmente el metabolismo en un 24-30%. Esto significa que tu cuerpo quema calorías de forma más eficiente durante las horas siguientes.
Además, el agua en ayunas ayuda a eliminar toxinas acumuladas durante la noche. A través de la orina y el sudor, el cuerpo expulsa desechos metabólicos. Este proceso de desintoxicación es más eficiente si el cuerpo está bien hidratado desde temprano.
También mejora la digestión. Beber agua antes del desayuno prepara el estómago y los intestinos para recibir los alimentos, promoviendo una mejor absorción de nutrientes y evitando el estreñimiento.
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