Una de las propiedades más destacadas de la verdolaga es su alto contenido de ácidos grasos omega-3, especialmente ácido alfa-linolénico. Estos ácidos son esenciales para la salud cardiovascular, ayudan a reducir los niveles de colesterol malo (LDL) y contribuyen a un buen funcionamiento del sistema nervioso. Sorprendentemente, la verdolaga contiene más omega-3 que muchas verduras de hoja verde comunes.
También es rica en vitaminas A, C y del complejo B, así como en minerales como el hierro, magnesio, calcio y potasio. Gracias a estos nutrientes, la verdolaga fortalece el sistema inmunológico, mejora la salud de la piel, los huesos y los dientes, y ayuda a prevenir la anemia.
Su alto contenido en antioxidantes —como los flavonoides, betalaínas y vitamina C— protege a las células del daño oxidativo, previniendo el envejecimiento prematuro y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer y la diabetes tipo 2.
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