El ibuprofeno es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) que se utiliza para distintos tipos de dolor: de cabeza, muscular, articular, menstrual o incluso fiebre. Actúa bloqueando enzimas que provocan inflamación, por lo que alivia el dolor con rapidez, usualmente en menos de una hora. La desventaja es que, si se usa con frecuencia o durante mucho tiempo, puede provocar problemas en el estómago, los riñones o el hígado, sobre todo en personas con antecedentes médicos.
La cúrcuma, en cambio, contiene curcumina, una sustancia con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Se ha utilizado desde hace siglos para tratar molestias como la artritis o problemas digestivos. Aunque no actúa tan rápido como el ibuprofeno, tiene la ventaja de que no suele causar efectos secundarios graves. Eso sí, la curcumina se absorbe poco en el cuerpo, por lo que se recomienda consumirla con pimienta negra, que mejora su absorción.
Algunos estudios han comparado ambos y encontraron que, en casos como el dolor por osteoartritis, la cúrcuma puede ser tan efectiva como el ibuprofeno, aunque sus efectos tardan más en notarse y requieren constancia en el consumo.
Entonces, si el dolor es fuerte y se necesita alivio rápido, el ibuprofeno es útil. Pero si el problema es crónico y se busca una opción más natural, la cúrcuma puede ser una buena alternativa. Como siempre, antes de tomar cualquier suplemento o medicamento, lo mejor es consultar con un profesional de salud.
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